| Las que habeís visitado India, coincidiréis que es un país que se te mete por los cinco sentidos, ves, oyes. gustas, hueles y tocas. Pero hay otro sentimiento produndo que se percibe por la calle, de todos los viandantes, un sentido que solo sientes en el alma. Y sobretodo con ojos de un occidental. De primer viaje vine, muy ralladita del coco, mi escala de valores pasaron a ser simplificados a uno, yo y ser feliz. Lo más doloroso que vi, senti, en mi alma es que en ntos, dos viajes, con nuestras niñas en brazos, se nos acerca una mujer, con un bebé en brazos y me lo entregaba para que me lo llevase. No nos entendiamos con el idioma, pero enseguida nos entendimos como mujeres. Nunca olvidaré la mirada de ambas, no se puede describir el dolor que salían de ellos y la vergüenza que me entró por ser tan afortunada y la impotencia de no poder concederle su esperanza y deseo. Así que si tu chico es sensible y al final lo convences, para ir, una o se queda para ayudar para toda la vida o se vuelve en el primer avión que encuntre y no regresa nunca jamás. Y conste que si no fuera por que a las mujeres no se les valora nada o poco y que mis hijas tienen más oportunidades en España que en India, de ser independientes y labrarse un futuro digno, nos hubiéramos ido a vivir allí, sin más. Es lo único que me tira para atrás.
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